Con el paso de los días, se ha puesto de manifiesto el modo en el que la sociedad se prepararía ante la llegada del Covid-19. En tanto, en el transcurso de las semanas, asomaba la posibilidad de la cancelación de todos los encuentros en los que confluyen las comunidades escolares, universitarias, laborales, eclesiásticas, etc., ya comenzaba a rondar la idea de una reorganización de los espacios y los tiempos en familia. 

Ante la imposibilidad de los encuentros cara a cara, tuve la alegría de ver las propuestas de muchas mujeres, que a pesar de esta crisis sanitaria y lo que conllevaría, anhelaban encontrar la manera de “hacer Iglesia” usando los medios de comunicación. Manteniendo el sentido de la unidad hacia la comunidad, viéndole el costado ameno a crear espacios dentro del hogar, para que la familia se encuentre entusiasmada, ganando espacios de soporte y contención. Claramente, hoy el tiempo puede distribuirse de una manera más flexible, pero también con mayor demanda. 

Es por ello que, retomando y teniendo en cuenta la importancia de “hacer Iglesia” es que compartiré una de las herramientas que mayor provecho tiene al momento de estar conectados; y esta es la transmisión online de los mensajes de fe y esperanza; asimismo, el uso de los grupos de WhatsApp para compartir mensajes motivacionales. De igual modo, cabe destacar que la gran mayor parte de las comunidades cristianas, crearon espacios de oración contínua para brindar ayuda espiritual y distribuir alimentos a los sectores más afectados. 

Hoy los hogares se transformaron en esas pequeñas Iglesias, que fomentan espacios de oración, de reflexión, de ayuda, de juegos, de compartir la palabra de Dios; generando conciencia entre sus familias y la comunidad, de la responsabilidad del cuidado del otro.

 El Siglo XXI nos encuentra, en plena era de innovación y las Iglesias pueden seguir con sus actividades sociales y eclesiásticas, sin dejar de cumplir con el aislamiento social, de una manera práctica y sin perder la asistencia espiritual. 

Mujer, te dejo algunos consejos para trabajar en familia…

  1. Prepara tu hogar para compartir momentos de juegos. Mantente en casa y evita el contacto con otras personas hasta que pase el riesgo.  
  2. Distribuye y organiza un cronograma de horarios para las actividades escolares y las del hogar.  
  3. Guarda en una pequeña cesta los artículos electrónicos, para disfrutar sin interrupciones. 
  4. Aprovecha también para mirar una linda película en familia. 
  5. Busca recetas de comidas para hacer junto a tus niños. 
  6. Toma tiempos de oración y lectura de la Palabra de Dios. Crea espacios de reflexión. 
  7. Escribe las oraciones contestadas. 
  8. Escribe mensajes de esperanza, transmitiendo paz. 
  9. Disfruta de una linda transmisión en vivo. Interactúa con otras personas. 
  10. Mantente unida a la comunidad en tiempos de crisis, aunque no sea de manera presencial, fortalece y mantén viva la comunión. 

“No olvides de comenzar tu día orando y finalizándolo de la misma manera”

¡Mujer, ten ánimo! Esto pronto pasará y cuando eso ocurra, disfruta la vida desde una nueva perspectiva. Valorando lo simple. Amando a Dios en primer lugar y a tu prójimo como a ti misma.

 

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