Las dos mujeres, quienes no fueron identificadas, fueron detenidas en el campo militar de Wi’a y fueron llevadas al hospital de Massawa en condición crítica el mes pasado después de que comenzaran su huelga de hambre, según la organización británica “Christian Solidarity Worldwide”, la cual atribuyó el informe al sitio web de Eritrean “Erimedrek News”.

Las mujeres estaban protestando contra los abusos a los que fueron sometidas en detención. Se dice que sus cuerpos llevaban daños sugiriendo abuso sexual, decía el sitio web.

“Nosotros lloramos con las familias y amigos de estas mujeres jóvenes, la cuales son las últimas víctimas conocidas de un régimen considerado culpable de perpetrar crímenes contra la humanidad contra su propio pueblo”, dijo Mervyn Thomas, presidente ejecutivo de CSW en una declaración.

Las dos mujeres fueron mantenidas en aislamiento en el hospital.

“Es imperativo que esta tragedia galvanice los esfuerzos por parte de la comunidad internacional para asegurar justicia a las víctimas de crímenes contra la humanidad, formalizando e iniciando procesos para identificar y retener a los perpetradores ante mecanismos judiciales nacionales, regionales o internacionales”, añadió Thomas.

Uno de los países más pequeños de África, Eritrea ha encarcelado, torturado y matado a numerosos Cristianos evangélicos protestantes.

El presidente Eritrean Isaias Afewerki es un miembro de la iglesia ortodoxa “Tewahedo” de Eritrean, una iglesia ortodoxa oriental con sus oficinas centrales en la ciudad capital de Asmara. Es la más grande entre las únicas tres denominaciones Cristianas consideradas legales en el país.

Afewerki es conocido por ser un alcohólico y un autócrata despiadado, que ha ocupado el cargo desde la independencia del país en 1993.

Afewerki aparentemente teme que la libertad de religión pueda ayudar a las personas a movilizarse ellas mismas contra su gobierno autoritario. Desde el comienzo, él ha impuesto severas restricciones civiles y políticas, citando las amenazas de Etiopía, con las cuales Eritrea ha tenido guerras.

Etiopía, sin embargo, no es la única fuente de temor para Eritrea, que ha perturbado las relaciones también con la mayoría de sus vecinos – Sudán, Etiopía, Yemen, Somalia y Djibouti – así como con los Estados Unidos, la Unión Europea y la Unión Africana. El gobierno, por lo tanto, tiene muchos pretextos para imponer restricciones.